Las plantas fabrican su propio alimento. Por tanto, no necesitan alimentarse de otros seres vivos.
Su alimentación comprende tres etapas: tomar sustancias del suelo y del aire, transformándolas en alimento y repartir el alimento por toda la planta.
Además, para aprovechar su alimento, las plantas necesitan respirar permanentemente, como el resto de los seres vivos.
Las plantas fabrican sus propios alimentos mediante un proceso denominado fotosíntesis. Para ello, solo necesitan la energía del Sol, agua, un gas llamado dióxido de carbono y sales minerales. El agua y las sales minerales las obtienen del suelo, y el dióxido de carbono lo absorben del aire. Por eso no necesitan que les des comida todos los días; solo tienes que ponerles tierra y regarlas de vez en cuando.
Las plantas cuentan con una sustancia, denominada clorofila, que utilizan para absorber la energía el Sol. Gracias al proceso de la fotosíntesis, las plantas producen azúcar y oxígeno.Por tanto, la alimentación de las plantas tiene lugar de la siguiente manera:
1. Las raíces absorben el agua y las sales minerales presentes en el suelo, que constituyen la savia bruta.
2. La savia bruta es transportada por unos tubos que hay en el tallo hasta las hojas.
3. En la hoja tiene lugar la fotosíntesis, y la savia bruta se transforma en savia elaborada, que es el verdadero alimento de las plantas.
4. La savia elaborada desciende por el tallo y es transportada a toda la planta.
En las plantas, los procesos de respiración y de alimentación son simultáneos de día, pero no de noche.
- De día, las plantas respiran y hacen la fotosíntesis. Por eso, toman del aire dióxido de carbono y oxígeno y expulsan ambos gases.
- De noche, las plantas no hacen la fotosíntesis. Por eso, solamente toman oxígeno y expulsan dióxido de carbono, como producto de la respiración.
Todo sucede sin que nos demos cuenta, en el maravilloso mundo natural.
El Jardín que se Come: Como se alimenta una planta