Antes de llegar al Rincón de Campana muchos caminos transité, fue cuando aprendí que para no ser extranjero en pago nuevo debía estudiar su historia: la contada por los historiadores y la otra contada por su gente.
Pues bien, esta idea comenzó cuando Gladis Guasconi de Scotti, me invitó a ingresar al mundo mágico de Campana Amanecer Literario. Fue entonces que conocí a tres mujeres que me dieron la llave para conocer historias de Campana Pueblo
Ellas fueron: Ninina Degese, la que con sus relatos me pintó un Campana perfumada con flores de paraísos. Matilde Villani, la que atesora historias y vivencias de aquel Campana; en las cuales los árboles y los hombres son los protagonistas. Gladis Guasconi de Scotti la que me sugirió después de pasearme con sus relatos por aquella Campana de antaño escribir esas historias.
He descubierto que en el preciso momento que me comprometo con un proyecto nuevo, la providencia comienza a moverse a mi favor. Ella es la cómplice de muchos de los datos que compartiré. La información, me fue llegando lentamente a lo largo de 10 años y con ella he armado hilos conductores en los que enhebré historias. He valorado hasta los más mínimos detalles; que al cotejarlos se convirtieron en verdaderos hallazgos. Mi madre me ha enseñado con su ejemplo lo que Goethe sintetizó en una frase “Todo lo que puedas hacer o soñar que puedes… ¡Comiénzalo!”
En toda esta historia no me faltó el aliento de Tony Moreyra, que con su cariño y solidaridad pude concretar el sueño de mi primer libro “ARBOLES CON HISTORIAS DE CAMPANA PUEBLO” que tuvo su edición artesanal, con tapas bordadas y perfumados y en una corta edición de 80 ejemplares. Hubo otros como el inmortalizador de árboles don Alides Cruz.
De sus recuerdos en sepia supe de las Romerías en el Talar de los Costas, de los corsos en la Real y tantas historias más. Fue un diestro cazador de recuerdos, porque guardó la historia en cada clic.
El ordenador: Ingeniero agrónomo Héctor Toscani. Para sintetizar su obra diremos en tono jocoso que fue partero, pediatra, cirujano y abogado forestal. Dedicó su vida a crear entre sus vecinos una conciencia verde. Deseando multiplicar sus esfuerzos me sumé a sus filas.
Paciencia forestal: Ingeniero agrónomo Rodolfo López, porque posee la paciencia de la semilla siempre buscó la manera de inculcar en los vecinos un convivir pacífico con los árboles de las veredas.
ESCUELA DE VALORES: Juan, Juana y los Juanitos
Cuando un Juan y una Juana se aman, prontito andan queriendo hacer un nido para cobijar el fruto de ese amor. Más tarde o más temprano plantan un árbol; el que será testigo silencioso de esa historia. Bajo su sombra aprenderán las tradiciones familiares.
RESERVA NATURAL DE OTAMENDI
Es un área protegida con atributos singulares. Existen pocos sectores en la provincia de Buenos Aires en estado virgen o poco modificado por la acción humana. Fue creada por el Decreto 2149/90 del 10 de octubre de 1990. Y lleva el nombre del Ing. Rómulo Otamendi quien fuera el antiguo propietarios de las tierras que esta ocupa.
El motivo de la creación de este espacio es ofrecer las máximas garantías para la conservación de la diversidad biológica que en ella habita. El talar con sus ombúes y talas. El sauce criollo en la selva ribereña, y el ceibal la convierten en un museo viviente de cualidades incomparables.
¡Gracias a todos LOS OTROS: Laura Ritadonna de Menoyo, Monona Dalera, Marta Chaile, y muchos otros de los que escuché la historia fragmentada de la ciudad según sus vivencias.
Lo que encontraran atesorado en cuentos y relatos son historias reales o imaginarias, producto de entrevistas y relatos relacionados con los árboles que poblaron y pueblan nuestro partido.
Por eso afirmo que: “Un árbol es solo un árbol, un hombre es solo un hombre. Pero juntos son una historia”.
No hablo de árboles en general, hablo de ese árbol que está o estuvo plantado en las veredas de nuestra Campana Pueblo. Porque considero a los árboles seres con identidad, con necesidades y con posibilidades, los rescato como protagonistas por eso daré a conocer su ficha técnica, y su ubicación en la ciudad y si la he conseguido su historia. Porque la memoria es identidad, seamos memoria.
Por Cristina Blotta.