El Síndrome de Burnout (también llamado simplemente "Burnout " o "síndrome del trabajador quemado") es un tipo de estrés laboral conocido como crónico.
Esta patología, fue descrita por primera vez en 1969 y al principio se denominó "staff burnout", para referirse al extraño comportamiento que presentaban algunos oficiales de policía de aquella época. Posteriormente, en la década de los 70, se acuñó el término que conocemos hoy en día. En 1986, las psicólogas norteamericanas C. Maslach y S. Jackson definieron el Síndrome de Burnout como "un síndrome de cansancio emocional, despersonalización, y una menor realización personal, que se da en aquellos individuos que trabajan en contacto con clientes y usuarios".
El síndrome de Burnout (del inglés "burn-out": consumirse o agotarse) se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación absoluta por las tareas realizadas, y en especial, por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen. Éste cambio de actitud, relacionado generalmente con "malos modales" hacia los demás o con un trato desagradable, es una de las características clave para identificar un caso de Burnout.
Este síndrome suele darse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención a terceros, como docentes, personal sanitario o personas que trabajan en atención al cliente y puede llegar a ser motivo de baja laboral, ya que llega un momento en que el empleado se encuentra física y mentalmente incapacitado para desarrollar su trabajo.
Un proceso largo
El síndrome de burnout comienza sin que la persona afectada sea consciente de ello por un apego a su actividad profesional en el transcurso del cual la persona siente cada vez más un desgaste emocional. Luego esta sobreactividad comienza a desbordar sobre la vida personal, familiar y social.
En el transcurso de los meses o años siguientes, se manifiesta una ansiedad agravada por el temor de no seguir siendo tan eficaz y rendidor. Las primeras fallas surgen y el miedo de equivocarse es compensado por la voluntad de trabajar todavía más. Es durante este período que aparecen las primeras manifestaciones de agotamiento como una falta de motivación, ensimismamiento, ansiedad, trastornos de la memoria, problemas de concentración, en casos raros pensamientos suicidas, momentos de gran cansancio, dolores y trastornos del sueño.
Varios años pasan antes de que el desmoronamiento se produzca y se manifieste por la desganes de levantarse para ir a trabajar y por una depresión crónica.
El test MBI
El Maslach Burnout Inventory (MBI) es una escala de autoevaluación, creada por Maslach & Jackson en 1986, que permite evaluar tres aspectos del síndrome de burnout (el agotamiento emocional, la despersonalización y la dificultad de relacionarse con los otros).
Calcular el nivel de agotamiento profesional:
El agotamiento profesional es debido a la realización de una actividad profesional considerada difícil, agotadora y estresante.
La persona se siente vacía, frustrada y desganada. Esta situación provoca un gran desaliento para ir a trabajar y no desaparece durante los descansos, fines de semana y vacaciones.
Calcular la puntuación de despersonalización, pérdida de empatía, deshumanización:
Las personas se vuelven poco a poco desganadas, negativas e indiferentes. Se observa entonces una disminución de consideración positiva frente a las personas del entorno profesional. Esto puede desbordarse en la vida social y personal.
Calcular la puntuación de no cumplimiento personal en el trabajo:
La persona se evalúa negativamente y se encuentra incompetente. Pierde la autoestima y siente dificultad por sobrellevar el agotamiento.
Tratamiento
El tratamiento del síndrome de burnout consiste en un tratamiento médico y psicológico. La primera etapa consiste en dejar de trabajar y descansar totalmente. La duración se prolongará el tiempo hasta obtener el comienzo de un proceso de curación. Una psicoterapia es a menudo aconsejada. La prescripción de un tratamiento de ansiolíticos y de antidepresivos es a menudo recomendada.