como cualquier obra literaria, el libro abre la posibilidad de conectarse con el contexto histórico, con el arte del momento y con sus presupuestos teóricos" -- Mansilla
El abordaje del tema fue originado por la lectura del libro "El hombre que amaba a los perros" del cubano Leonardo Padura, que repasa el devenir de las revoluciones socialistas y tiene como protagonista a León Trostky, uno de los ideólogos del proceso iniciado en 1917.
"La charla viene a recoger todo la situación previa al estallido de la revolución y hace tránsito sobre ella", explicó Bergara.
"Vamos a ir tendiendo puentes con el libro de Padura, que está lleno de lugares, relatos y experiencias. La idea es enmarcar parte de la obra literaria en esa revolución que finalmente le costará la vida a Trotsky", añadió.
Por su parte, la prof. Mansilla aseguró que "como cualquier obra literaria, el libro abre la posibilidad de conectarse con el contexto histórico, con el arte del momento y con sus presupuestos teóricos. Por ejemplo, con los mexicanos Frida Kahlo, Diego Rivera o Alfaro Siqueiros, los grandes muralistas mexicanos y la vanguardia, arte con el cual Trotsky opinaba también. Esta novela nos permitió dispararnos en múltiples sentidos hasta convocar a Rogelio Bergara para que nos dé una charla sobre revolución rusa", contó.
Sobre "El hombre…", escrito en 2009, Mansilla señaló que su autor investigó durante 9 años y, al ser una obra actual, tiene "su visión de las revoluciones es posmoderna, desencantada. Es muy diferente que la generación de las utopías a comienzos del siglo XX, cuando había una visión esperanzadora", comentó.
La revolución de octubre, al igual que la revolución francesa de 1789, movilizó detrás de un mismo objetivo a millones de personas. En lo inmediato, cambió el devenir de la Primera Guerra Mundial y significó la instauración del primer Estado socialista de la historia. Pero su inercia configuró la totalidad de los grandes acontecimientos políticos, económicos, sociales y culturales que le siguieron.
Consultando sobre si los valores del ´17 aún perduran, Bergara fue contundente: "Cuando se desintegra la Unión Soviética en 1991 muchos plantearon que era el fin de la historia y de las ideologías. A casi 100 años de la revolución las ideologías singuen vivas como nunca, la idea de la rebelión, la idea de oponerse al capitalismo, buscando obviamente nuevas formas y estrategias en distintos lugares del mundo. Se trata de un proceso que si bien se derrumbó de ninguna manera está acabado".