Susana Figueiras de Ballini fue quien dio apertura a la primera exposición de este año agradeciendo a todos los presentes, "no sólo compartimos el arte sino compartimos otras cosas. Este es un grupo de artistas. Aquel que haya empezado el año pasado o ha empezado hace veinte años tiene el mismo entusiasmo y dedicación".
"El arte une, es terapéutico, la persona que hace arte (en este caso pintura) tiene una sensibilidad diferente. La característica de la muestra es colectiva, están plasmadas muchísimas técnicas desde acuarela, oleo, acrílico, con textura, sin textura, dibujo, tinta, grabado".
También hizo una mención especial a Ana María Mezzelani de Zocca, quien falleció el año pasado en un accidente de tránsito: "Hoy me falta un cuadro, de una alumna y amiga de todos. Esperaba siempre este momento, era lo más grandioso que le pasó en la vida. Hoy la seguimos extrañando. El año pasado no la hicimos la muestra por respeto hacia ella. El tiempo pasa, la vida pasa; hoy está en nuestro corazón. Cuando armaba la muestra, noté que faltaba su presencia y su cuadro".
Luego Susana presentó a la más "joven" del grupo, con sus 87 años Haydee Ventura se muestra feliz y muy integrada al grupo. La alegría la desborda y aunque intentó decir unas palabras, la emoción la pudo y un ramo de flores irrumpió de parte de todo el grupo para agasajar a la "profe" Susana Ballini, quien invitó a todos los presentes a recorrer la muestra y beber una copa de buen vino.
Paula Berod, expositora, nos cuenta que es la segunda vez que expone un cuadro con el taller de Susana, desde que empezó hace 4 años. "Hacer esto es sentirme libre, poder expresar muchas de las cosas que siento de distintas formas. Es un taller, no sólo de arte, sino un taller humano. La sensibilidad de todas se plasma en las obras y en la comunicación que establecemos a través de la pintura y de la profesora, que es excelente".
La mayoría son mujeres las que exponen, solo tres hombres entre ellos Willy Bermúdez que expuso un cuadro y nos contó de que se trata "es una visión de la calle Berutti yendo al mediodía hacia el Boat Club, el sol me pego en la cara. Cuando volví empecé a pensar en hacer eso. La idea era poner un sol y todos los símbolos que yo pinto en otros cuadros como la chaucha, los árboles, la guitarra, los indios, la paloma y lo puse todos en el sol. Abajo pensé: ¿quién queda?. Un buzo con un bote. El nombre del cuadro es Todos se fueron al Sol".
Otra de las participantes es Lidia Oliveira, vecina de Zárate. "Venía a trabajar a la noche en la Escuela Normal y al Instituto Nº15 y ahí empecé a venir al taller de Susana. Después me jubilé pero seguí viniendo. Me encanta, siempre tuve la idea que no sabía pintar ni dibujar, pero con los años le encontré la vuelta, hago lo que puedo". Con mucha alegría de ver su cuadro colgado expresa que le gustan los paisajes con mucho color y trabajar con espátula, esto lo confirma mirando el cuadro y señalando las flores que tiene dibujadas. "Me cuesta, pero es un momento que uno disfruta de lo que está haciendo. Sabemos de dónde partimos y a donde queremos llegar con el mensaje. A mí me gustan los impresionistas, siempre tiendo a eso más que al hiperrealismo. Yo no me considero artista, me considero alumna", cierra Oliveira.
Mónica Sánchez tiene un contacto especial con la parte artística, ya que hizo todas las especialidades desde escultura, pintura, grabado y se recibió de profesora en la Escuela de Arte. "Con Susana me involucré desde hace muchos años a la pintura. Luego la intriga de saber más me llevó a estudiar en el profesorado. Lo que hace Susana es un movimiento cultural muy importante, este es un momento en que se manifiesta el contexto de cada persona que pinta y vienen todos los familiares a ver la exposición".
Cuando habla de los cuadros que expone hace hincapié que al ser grabados se necesita de mucha técnica y lleva tiempo y dedicación. Se va desarrollando a medida que avanza tu vida personal. "Gracias a Susana expuse en Buenos Aires, Los Cardales, en Exaltación de la Cruz y ella fue una de las impulsoras a que siguiera en la Escuela de Arte. Hoy nos une una profunda amistad".
María Luisa de De Marziani, presente en la velada, comentó: "Me encanta porque cada uno tiene su particularidad y personalidad. Es un placer entrar y ver la explosión de colores y de público. Me encontré con sorpresas. El ojo te va y te marca lo destacable. Cada uno pinta como es, tienen la influencia del profesor porque es inevitable en el color, la forma y la estética. El público es el jurado".
Viviana Robalo que hace seis años que asiste al taller de Susana y ya expuso varias veces, explicó: "El arte para mi es lo mejor que me pudo pasar en la mi vida. Es una necesidad poder pintar, poder expresarme y encontrarme conmigo misma. Es mágico. El arte es todo, en todos los aspectos es buenísimo para el ser humano. Se tiene que fomentar en todos los lugares donde se pueda".
Todos los entrevistados coincidieron en que lo bueno que son estos espacios en la ciudad. "Hay muchos talleres, está la Escuela de Arte, hay pintores que pintan solos… Sería bueno que cada quince días venga alguien a exponer. No es lo mismo exponer en una galería privada si hubiera, que en un lugar público donde lo ven todos. Hay que seguir manteniéndolo", opina Willy.
"Me parece fantástico, es un lugar muy bueno. Es la manera de mostrar lo que uno hace durante el año, los artistas locales tienen que tener un lugar propio. Susana siempre se preocupa mucho. Es una artista respetada que merece tener un lugar y muy importante", cierra la vecina de Zárate.
"Cada uno es diferente, por sus vivencias. Lo bueno del taller es que se respeta la individualidad. Esto es un proceso que lleva tiempo y uno empieza a pintar por lo básico. Yo que hace muchísimos años que hago esto vivo experimentando cosas y en estas experiencias aparecen obras que a veces son horribles y otras son fantásticas. Le terminas perdiendo el miedo al color, a las texturas, a las formas y a las técnicas. Lo que uno tiene que perder en el arte es el miedo, por eso es terapéutico, acá todo se puede arreglar, todo se puede cambiar. En la vida no es así", concluyó Susana, alegre por su misión cumplida y la gran convocatoria de la inauguración.
La muestra seguirá abierta al público durante dos semanas (hasta el 27 de mayo) en el Salón Ronald Nash del edificio 6 de Julio.
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