"Fue maravilloso: entrar en el mundo de exponer en el exterior es el sueño de cualquier artista, y que se me haya dado así tan rápido es como un sueño del que todavía no caigo" --Marcela Mezza
"Vengo de una familia a la que le encanta pintar: a mi mamá, a mi papá, primas y tíos. A mi nunca se me había despertado la pasión, lo tomé como un hobby y después me di cuenta que el arte era un pilar fundamental en mi vida", cuenta la vecina, oriunda de Chivilcoy pero radicada en Campana desde hace 27 años.
"En Campana no me conoce mucho la gente. Espero para el año 2020 hacer una muestra individual" --Marcela Mezza
En septiembre, Marcela tuvo la oportunidad de exponer tres de sus obras en la Galería Gaudí de Madrid, luego que sus curadores la descubrieran a través de las redes sociales y le ofrecieran llevar su arte abstracto del otro lado del Atlántico. Tras una exitosa presentación en la capital española, el mes pasado las obras fueron expuestas además en Estocolmo, Suecia, y en la ciudad de Essen, Alemania. Ahora regresaron a Madrid, donde continuarán exhibidas por los próximos meses.
"Fue maravilloso: entrar en el mundo de exponer en el exterior es el sueño de cualquier artista, y que se me haya dado así tan rápido es como un sueño del que todavía no caigo", aseguró Marcela, para quien la experiencia fue "enriquecedora" al permitirle "crecer como artista y contactarte con gente que te puede ayudar".
Las redes sociales (en Facebook e Instagram figura como "Marcela Mezza Artista Plástica") fueron un factor clave para difundir su arte, donde el color y la sensación de movimiento predominan para dar a luz formas indeterminadas que cobran vida en la cabeza del espectador. A Marcela la marcaron las obras de los pintores Oliverto Zorrilla y Helena Distéfano, creadores de la corriente argentina llamada esencialismo y con quienes tomó lecciones en su taller. El esencialismo es un movimiento pictórico que no parte de proyectos previos, sino de acciones inconscientes: la obra nace desde el momento en que se sincroniza el sentir y hacer, llamado "punto esencial".
"Cuando yo estoy pintando, no pienso en lo que voy a armar. Busco la combinación de los colores, nada más. Después es como un diálogo en silencio entre el bastidor y yo: empezamos a hacer un intercambio entre colores y emociones que se va plasmando en algo que no sé qué terminará siendo. Es como un viaje", comenta Marcela. Y añade: "El abstracto permite que los sentimientos y emociones que vuelco en las obras no siempre coincidan con los del que las mira. Es un estilo que permite una mayor libertad. Vos por ahí no vas a ver lo mismo que vi yo cuando hacía la obra, por ahí ves cosas que a mi no se me ocurrieron", comenta.
La exhibición de sus tres obras ("Vida", "Vuelo Audaz" y "Huellas en el silencio") en Europa fue su primera vez presentándose en el exterior. Pero en estos diez años transitando el mundo de la pintura, la vecina supo ganarse un nombre en el escenario del arte abstracto argentino. En 2015, luego de apreciar los cuadros que decoran el consultorio de su marido -el cardiólogo Horacio Sordo-, el Sofitel le brindó la chance de organizar su primera muestra individual, a la que le seguirían explosiones, algunas individuales y otras colectivas, en su Chivilcoy natal y en las galerías Abasto, Braque y Arenales de Capital Federal, instancias donde sus cuadros fueron premiados. También pintó en vivo en Salta y en la Embajada de Uruguay.
"En Campana no me conoce mucho la gente. Espero para el año 2020 hacer una muestra individual", señala Marcela. Para concretarla, la agenda será un factor al que prestarle atención: ya tiene propuestas para presentar su obra en Milán, Barcelona y Oporto. Definitivamente, sus cuadros han logrado captar la atención del Viejo Continente.