Es importante saber que el apetito está regulado por dos pequeños centros nerviosos situados en el cerebro: el del hambre y el de la saciedad. Son complementarios y procesan la información que les llega del tubo digestivo y de las glándulas. En función de los datos que reciben, estos dos centros neurológicos se activan, desencadenando el apetito o la saciedad.
Muchas son las causas que ocasionan el deseo de comer harinas blancas y/o dulces, esos productos industrializados que llevan al descontrol alimentario. Entre ellas se encuentran las siguientes: - Los desequilibrios hormonales (síndrome premenstrual, por ejemplo).- Fatiga renal por deshidratación.- Estrés.- Desórdenes alimentarios (bulimia por ejemplo).- No comer durante muchas horas.- Desayunar poco o no desayunar.- Desbalance de los niveles de azúcar en sangre. Esto puede ocurrir antes de la cena, aproximadamente entre las 18 y 19 horas cuando no se comió durante muchas horas.
Las señales del organismo ¿Cuáles son los mensajeros cerebrales? La adrenalina, que provoca el estrés, hará que la persona no tenga control de sus ingestas alimentarias. Como resultado va a ocasionar una disminución de la serotonina, una sustancia química producida por el organismo, responsable del equilibrio en el estado anímico. En estados normales causa estados de placer y ayuda a controlar el apetito. Cuando aumenta la adrenalina, aumentan los estados ansiosos que activan deseos de comer alimentos industrializados (harinas blancas y dulces). Desde el punto de vista de los alimentos, todo lo que sea elaborado con harinas blancas y azúcares (galletitas, tortas, facturas, entre otros) producen un aumento de insulina, originando el efecto mencionado.
Recursos eficaces
- Realizá un registro diario de alimentos y preparaciones en el momento en el que se consumieron.
- Tomá líquidos: sobre todo agua, caldo de verdura casero, infusiones como mate cocido y cebado, té verde, manzanilla. Las bebidas con cafeína pueden provocar nerviosismo o ansiedad; por eso hay que moderar el consumo.
- No te saltees comidas: mantendrás los niveles estables de azúcar en la sangre. La glucosa es fuente esencial de energía para el cerebro y el organismo. Por eso hay que proveer un suministro constante de energía. Eso evitará la compulsión por lo dulce. Consumí alimentos ricos en vitamina del complejo B (fundamentalmente B6), que producen serotonina. Esta vitamina se encuentra en el germen de trigo, avena integral. Podés incluirlos en caldo, ensaladas, yogur, preparaciones, etc.
- Recurrí a los alimentos naturales, aquellos que aportan fibra, volumen y saciedad, como las verduras y frutas de estación fundamentalmente crudas y con cáscaras bien lavadas.
Para manejar los estados ansiosos, es necesario que realices un cambio en tu vida. Dejá el sedentarismo, seguí un plan alimentario que provea todos los nutrientes necesarios para adelgazar y preservar tu salud y controlá tus emociones ingiriendo alimentos que sean tus aliados.
Las harinas y los azúcares ocultos en los alimentos industrializados producen adicción