Las parejas que salen de los boliches y los fanáticos de la pesca han dejado de ser los principales ocupantes de la playa al salir el sol. Apenas despunta el día, decenas de corredores solitarios o en pequeños grupos se lanzan a correr por la orilla del mar; y a veces son tantos que uno creería estar en medio de una maratón. Y lo mismo sucede con los ciclistas aficionados que todas las tardes se juntan espontáneamente a pedalear por los diversos circuitos que ofrecen las distintas playas.
Contra la costumbre de ocuparse del cuerpo sólo los últimos meses del año para “llegar bien” al verano, cada vez son más las personas aprovechan las vacaciones para seguir cuidando de su cuerpo. Las rutinas físicas no sólo parecen haberse convertido para muchos en una parte esencial de su período de descanso, sino que constituyen esta temporada una de las propuestas más convocantes en los balnearios.
Clases gratuitas de zumba, spinning y distintas disciplinas aeróbicas, grupos de corredores y salidas al mar con guardavidas movilizan en los balnearios a cientos de veraneantes por día. Se trata apenas de una parte del fenómeno ya que pueden verse además a otros tantos turistas ejercitándose en la playa por su cuenta tanto a la mañana temprano como al caer el sol.
La propia playa hace que la gente tenga más ganas. Hay un montón de personas que por ahí se acercan porque escuchan la música y terminan viniendo todos los días. En los últimos años se está notando cada vez más un cambio de actitud en la gente que viene de vacaciones.
Muchos empezaron descubrir que la actividad física no es una cosa que hay que hacer para estar sano sino también algo muy placentero, que te da felicidad.