"En nuestro país los datos disponibles de prevalencia indican que entre el 1,4 % y el 1,5% de la población general padece esta afección"
"En nuestro país los datos disponibles de prevalencia indican que entre el 1,4 % y el 1,5% de la población general padece esta afección", expresó la doctora Claudia Vujacich, médica infectóloga, Coordinadora de la Unidad de Hepatitis FUNCEI. El virus de la hepatitis C (VHC) puede causar una infección tanto aguda como crónica, cuya gravedad varía entre una dolencia leve que dura algunas semanas y una enfermedad grave de por vida.
"El contagio hogareño es mínimo y prácticamente despreciable" --doctora Vujacich
Una infección silenciosa "La mayor parte de las veces, la hepatitis C es asintomática, tanto los pocos casos que vemos en la fase aguda como los que evolucionan a la cronicidad que son más del 80%", indicó Vujacich Coordinadora de la Comisión de Hepatitis de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI). Se trata de infecciones silentes que solo presentan manifestaciones cuando el hígado está muy dañado. Dado que la infección aguda con el VHC es generalmente asintomática, su diagnóstico precoz es poco frecuente. En las personas que desarrollan la infección crónica, pueden permanecer sin diagnóstico hasta que se haya producido un grave daño hepático. "Habitualmente, el paciente llega a la consulta con el especialista porque son derivados de un banco de sangre o su médico le ha hecho un estudio de serología por enzimas hepáticas elevadas o por hígado graso y se ha determinado la infección en los controles", detalló la experta.
Los cuidados del paciente Según Vujacich, las pocas restricciones están vinculadas al consumo de alcohol ya que "lo más cercano a cero es lo mejor para el hígado de una persona con hepatitis crónica, sea B, C o hígado graso". Además, los pacientes deberían tener un listado de medicamentos permitidos y no permitidos para chequear con su médico y que no resulten hepatotóxicos como pueden ser algunos antibióticos o los antiinflamatorios no esteroideos que habitualmente se consumen. Si no estuvieran inmunizados, se recomienda que reciban las vacunas contra las hepatitis A y B.
Hepatitis C en casa: Otra preocupación del paciente es la posibilidad de transmitir la infección a sus contactos más cercanos en el ámbito doméstico. Sin embargo "el contagio hogareño es mínimo y prácticamente despreciable", indicó la doctora Vujacich. "Lo que sí tenemos que saber es que los elementos de uso personal como rasuradoras, cepillos de dientes y alicates, deben estar fuera del alcance de los chicos. Ante un accidente doméstico, es importante que nadie entre en contacto con la sangre, dejar actuando una solución con lavandina para luego limpiar", agregó.
El virus de la Hepatitis C se transmite mediante el contacto con sangre de pacientes infectados, incluso en cantidades imperceptibles.
El escenario actual de una enfermedad silenciosa