Las estaciones mudan los ropajes de los árboles, ayudadas por el viento y los pájaros. Entonces el entorno varia. La lluvia preña la tierra y las estaciones son las niñeras de futuros árboles.
OTOÑO EN LA COLINA
Una hermosa calandria sobrevuela las matas del jardín, dejando una silenciosa estela de belleza en el limpio aire de la mañana, es abril y ya se notan con firmeza los signos del otoño: la sequedad, la frialdad, un frescor joven todavía.
Los naranjales y los mandarinos despliegan ya sus paletas y comienzan los oros a brillar. Los días son más cortos y el aire es más fresco. Aunque todavía se puede caminar sin mucho abrigo. En el poniente cae el sol, haciendo alarde de rojos encendidos.
El otoño, se toma su tiempo para pintar todos los rincones de la colina. Empieza haciéndose notar en los robles de la calle al fondo y se deja ver en los crisantemos que esperan ansiosos los primeros fríos, y las vecinas comienzan con sus escobas de alambre a tejerle bufandas a los árboles de la vereda.
El cambio no pasa desapercibido en el barrio, hasta los impávido siempre verdes despliegan toda su paleta cromática.
El placer, se obtiene paseando por sus calles y sintiéndose protagonista de una gran obra, donde la Naturaleza es el único autor.
La luz se filtra «remodelada» por los tonos cálidos de los jardines y todo se inundan creando una atmósfera de ensueño, a veces potenciada por la presencia de la familiar niebla otoñal que se resiste a partir en las mañanas. Y el suelo húmedo, tapizado de hojarasca, desprende un característico olor que embriaga el olfato.
Álamos, fresnos, sauces forman una corte de árboles caducos imprescindibles a la hora de dibujar el mapa de colores del otoño.
INVIERNO EN LA COLINA
Los amarillos han huido al interior de la tierra para que los duendes preparen los colores para la próxima primavera. Muchos inician el letargo inteligente de la energía. Las hojas caídas intentan desesperadas convertirse en un plato apetecible para las raíces nuevas. La savia que correrá en primavera se concentra, se prepara para próximo despertar.
Sobrevivir, es una de las materias más difíciles que las jóvenes plantas deben aprender, los encargados de enseñarle ese arte son los sobrevivientes viejos árboles.
Y se duerme los colores y el marrón se encarga de proteger las ramas nuevas. El arco iris presta sus colores para poder vestir las flores en el jardín de Lola.
PRIMAVERA EN LA COLINA
Cuando la Princesa de las estaciones se aproxima toda la colina se viste de fiesta. Los árboles se desvisten de marrones para engalanarse de hechizantes verdes. Como plumones aterciopelados se presentan las yemas, que maduran en sedas crujientes.
Bandadas, que parten antes que el sol y escriben en el cielo la poesía cotidiana. Son cientos, miles las que levanta el vuelo en los bañados. Con paciencia infinita y la severidad necesaria las madres entrenan a sus pichones en el arte de volar
El amor florece por doquier: se besan las torcazas, los horneros amasan el barro y cantan, los terú terú informan las novedades a todos los habitantes de la colina. Mientras silenciosos los colibríes polinizan las mieses.
Los jóvenes buscan la complicidad de la sombra, para contarse secretamente su amor. Mientras las violetas que crecen en la penumbra de los jardines, los envuelven con sus aromas.
El sol se quita los abrigos, y se acerca amiguero a calentar el suelo, preparándolo para los nuevos nacimientos.
VERANO EN LA COLINA
Preñadas, las flores de vientos y pájaros están listas para parir. Los frutos jugosos se ofrecen colgados de las ramas. Las moscas, las avispas y los gusanos se apresuran para llegar antes al tesoro.
Después, las bocas satisfechas de tanto néctar se buscarán cómplices protegidas por la sombra de la vegetación. Se revolcaran en el suelo mullido y fresco y dormirán la siesta del éxtasis, producido por el jugo azucarado de los frutos.
Al despertar un nuevo ciclo habrá finalizado.
Entre discusiones y reconciliaciones llegará el otoño y el ciclo comienza de nuevo.
Las estaciones mudan los ropajes de los árboles, ayudadas por el viento y los pájaros.