Venecia, una ciudad única en el mundo y completamente diferente al resto. Un lugar con un espíritu, que hace que todo el mundo se enamore de ella. La más mágica de todas, y cuando se pisa la poca tierra firme que tiene, uno ha de hacerle honor, disfrutando de ella hasta su último rincón.
Venecia tiene su propio ritmo, el cual es sosegado para disfrutar todo con intensidad, con sus edificios y decoraciones, en estilos que varían desde el bizantino al renacentista.
Sin embargo, dependiendo del tiempo disponible para conocerla, podrá entonces determinar el ritmo. Venecia está integrada por 118 islas comunicadas por 150 canales y 455 puentes, situados sobre una laguna salada y pantanosa abierta al mar Adriático. La ciudad está dividida en seis barrios: Dorsoduro, Santa Croce, San Polo, San Marcos, Cannaregio y Castello.
Entre las islas lagunares más grandes y turísticas están Giudecca (desde donde se puede apreciar uno de los mejores atardeceres de Venecia), Murano (famosa por la producción de vidrio artístico artesanal -soplado-), Burano (destacan sus fachadas de colores y su producción de encaje de hilo) y Lido (se encuentran las playas a mar abierto de Venecia y sede del reconocido Festival Internacional de Cine).
Hay lugares de ella que han de ser imprescindibles. Observará la bellísima Venecia en todo su esplendor, con el Gran Canal justo de frente, viendo la unión de luces y colores con los reflejos del agua y las casas y palacios de antaño luego podremos transitar el puente Rialto, el más famoso de esta ciudad donde además tendremos una de las vistas más bellas. Además, en sus bordes están los negocios de artesanía y souvenires, así como los de comida.
Una forma de conocer más a fondo la ciudad sería atravesando el Gran Canal en góndola, taxi acuático o vaporetto. Esta es una de las cosas que no puede dejar de hacer en una visita a Venecia.
Al desmontarnos de la góndola o del vaporetto estaremos en el centro de Venecia, en la Plaza San Marcos, considerada la más bella del mundo por el modo en que se alinean sus palacios y por su espectacular decoración. Su fama está bien ganada, definitivamente éste es el lugar más mágico de la ciudad, donde además de la bella vista, se cuenta con el ritmo de los violines que tocan las orquestas de sus tradicionales cafés y por las palomas que en esta plaza vuelan como en ninguna. Aquí mismo se encuentra la famosa Torre del Reloj. Donde a cada hora desde su terraza salen las esculturas de los moros a sonar las campanas.
Se encuentra, además, el Palacio de Procuratie Vecchie, designado a la más alta magistratura de la vieja república marinera de Venecia, y a la extremidad opuesta el altísimo campanario de San Marcos, al cual podremos subirnos y observar desde lo alto toda la belleza de la ciudad.
Atrás de la plaza se encuentra la bellísima Catedral de San Marcos, que con su imponente fachada llena de mosaicos, es la protagonista absoluta de toda la plaza. Nos sorprenderá con sus columnas, sus detallados mosaicos con fondo dorado y sobre todo, las pinturas de sus paredes, en las cuales se narran historias bíblicas.
En estas inmediaciones también se alza el Palacio Ducal, una de las mejores obras arquitectónicas del arte renacentista. En el interior hay un museo donde es posible admirar los salones decorados con muebles de la época, muchísimos cuadros y esculturas.
Para concluir, con su planta octogonal y su majestuosa cúpula, la iglesia de Santa Maria della Salute constituye uno de los principales edificios del barroco veneciano. Fue edificada a partir de 1631, a la entrada del Gran Canal, por el arquitecto Baldassare Longhena, quien diseñó, asimismo, la escalera doble del monasterio de San Giorgio Maggiore.
Haciendo honor al romance que evoca la ciudad nos dirigiremos siempre también al Puente de los Suspiros, ubicado frente al embarcadero de góndolas cerca del Palacio Ducal. Se trata de un hermosísimo puente construido en piedra blanca, diseñado por Antonio Contino. Fue construido aproximadamente en 1600 para unir las salas de vistas judiciales ubicadas en el palacio del Dux y las nuevas prisiones. En la actualidad sigue siendo uno de los puntos ineludibles para los turistas que visitan esta ciudad.
Si viajamos a fines de Enero viviremos la experiencia única del Carnaval de Venecia, su tradición se remonta al siglo XI. El Carnaval es totalmente distinto a los conocidos. Durante los 10 días que dura, la gente se disfraza y sale a la calle a pasear y a tomarse fotos, ya sea en desfiles organizados, o improvisados. Los disfraces son trajes de época del siglo XVII veneciano, como si estuvieran recién salidos de un cuadro de Canaletto.