La ira, que es una emoción perturbadora, actúa sobre nuestro sistema emocional afectivo liberando neurotransmisores nocivos, especialmente corticoesteroides altamente dañinos para la salud, afectando toda la vida de la persona con especial énfasis en el cerebro, el hipotálamo y los reguladores del cerebro. Las emociones afectan directamente a todo nuestro sistema de defensa inmunológico, provocando internamente procesos inflamatorios que provocarán un sinnúmero de enfermedades y muchas de ellas psicosomáticas.
-¿Por qué las emociones afectan nuestra salud?
Lo que nos afecta no son los hechos, sino cómo tomamos esas circunstancias. Es decir, cómo enfrentamos las alegrías o las tristezas, cómo elaboramos los éxitos y los fracasos, y sobre todo como respondemos a eso. Cuando nuestra respuesta es pasional y con pensamientos negativos, asociamos esa negatividad con sensaciones de malhumor y eso afecta nuestros sentimientos y genera un intenso malestar interno. Todo este componente afecta directamente el sistema nervioso.
-¿Cuál es la relación entre la represión de emociones y ciertas dolencias físicas?
El sistema de represión es un mecanismo, pero antes de reprimir debemos aprender a transformar los sentimientos negativos, en positivos. Si yo estoy en una situación de fracaso y pienso que este es el último camino, seré inevitablemente afectado en mi salud; pero si consigo ver ese fracaso como la apertura de nuevas puertas y oportunidades, saldré fortalecido y estimulado a caminar por nuevas sendas.
-¿Cuáles son las dolencias más frecuentes como consecuencia de cuestiones emocionales?
Son muchas, entre ellas: colon irritable, hipertensión arterial, dolencias cardíacas, diabetes, en los que tienen predisposición a ella, hipotiroidismo o cuestiones musculares. Hay otras, como los ataques de pánico o la depresión, que se han generalizado mucho en este tiempo.
-Esas últimas son más frecuentes que antes. ¿Por qué nuestros abuelos sufrían menos esos trastornos?
Efectivamente, el pánico es casi una moda en la actualidad, se incrementó mucho y afecta a una cantidad mayor afectada por esto. En realidad, creo que estamos expuestos a formas de vida que no nos permiten generar respuestas saludables. Paramos menos la pelota, pensamos menos, como resultado de una sociedad que nos obliga a responder rápido ante estímulos realmente negativos. Las reacciones reflexivas no están bien vistas porque demandan tiempo; eso es valioso en esta cultura, erróneamente más valioso que nuestra propia salud.
-¿Qué emociones particularmente afectan nuestro organismo?
Fastidio, bronca, malhumor, ira.
-Algunos estudios hablan sobre un mapa de emociones. ¿Qué opina sobre la existencia de esas categorías?
Hay estudios muy claros que demuestran que en el cerebro las reacciones de respuesta a las distintas emociones tienen un sitio determinado y una clasificación. Entonces, a través de estudios complejos de resonancia dinámica, se mapean todos nuestros mecanismos de respuesta frente a distintos estímulos. Esa clasificación sirve para encontrar maneras saludables de respuesta, una vez detectado el origen de esa respuesta neurocognitiva.
-¿Las dolencias originadas en cuestiones emocionales pueden acompañarnos toda la vida?
Si cualquiera de nosotros tiene una manera errónea y poco saludable de responder ante ciertos hechos, esas dolencias lo afectarán y hasta se profundizarán. La ira como respuesta afecta a las personas que no han tomado el tiempo o no han tenido la oportunidad para pensar y cambiar esos paradigmas por otros. Necesitamos como individuos y como sociedad cambiar el paradigma violento por uno mucho más reflexivo.
-¿El estrés es resultado de trastornos emocionales?
En este punto hay que diferenciar entre el buen estrés y el mal estrés. El primero es el que activa a la persona, generando respuestas proactivas y propositivas. En el caso negativo, promueve una respuesta completamente disfuncional, que puede llevar hasta la muerte al que no se dedique a trabajar con herramientas superadoras.
-¿Cómo podemos mejorar nuestra salud emocional?
Para eso es elemental tener claro que todos tenemos perturbaciones y que todos podemos tener ira, pero que la salida sana y que a largo plazo trae mayores beneficios es el autoconocimiento. El reconocimiento de nuestros límites, valores y capacidad. Eso se traducirá en salud y en una vida más plena.
Entrevista al doctor Ré, médico psiquiatra
Fuente: www.revistabuenasalud.com
Las emociones afectan directamente a todo nuestro sistema de defensa inmunológico