En la actualidad, las posibilidades y modos de ser madre son sumamente variados gracias a distintos recursos técnicos, médicos y legales como recurrir a la adopción. El 18% de las parejas presenta dificultades para concebir siendo el 40% de los casos por causas femeninas, otros tantos motivados en el hombre y un 20% debido a condiciones de ambos miembros de la pareja o por motivos desconocidos.
Existen algunas condiciones con mayor incidencia que pueden causar infertilidad en las mujeres, muchas de ellas con buen pronóstico si se adoptan las medidas a tiempo y se continúan tratamientos específicos para cada persona.
Entre las más comunes figuran:
1. Trastornos hormonales: Para diagnosticar este tipo de disfunción se realizan determinaciones hormonales en sangre: Hormonas tiroideas (regulan la función de la glándula tiroides y son de suma relevancia para la correcta evolución de la gestación), Prolactina (regula diversas funciones endocrinas y puede impactar también en el ciclo menstrual e incide especialmente la producción de leche materna), Hipotálamo-hipófisis (encargadas de la regulación del ciclo menstrual denominadas hormonas folículoestimulante (FSH) y hormona luteinizante (LH).
Dentro de la evaluación hormonal se contempla lo que se denomina “evaluación de la reserva ovárica”. Esto implica evaluar la cantidad de óvulos disponibles para desarrollar. Para controlar este tipo de desórdenes es importante recurrir a los chequeos y mantener el tratamiento indicado con el propósito de equilibrar el sistema hormonal.
2. Aumento o disminución desmedida de peso: Puede producir alteraciones en la liberación de las hormonas encargadas de la regulación del ciclo reproductivo. La obesidad puede desencadenar diferentes desórdenes hormonales como hipotiroidismo, exceso de estrógeno, resistencia a la insulina, entre otras disfunciones.
3. Celiaquía: Puede alterar la absorción de sustancias esenciales para el metabolismo hormonal y por este motivo es responsable de dificultades para concebir. Incluso, muchos síntomas relacionados con el ciclo menstrual y la infertilidad de la mujer son disparadores para descubrir la enfermedad.
4. Útero y trompas de Falopio: Entre los factores uterinos encuentran los miomas que son tumores benignos y frecuentemente asintomáticos, pero deben ser controlados dado que pueden incrementar la hemorragia durante la menstruación, y complicar el embarazo y el parto. Estos son más comunes en mujeres en edad reproductiva y en la mayoría de los casos, pueden causar infertilidad.
Otras alteraciones uterinas asociadas a infertilidad son las malformaciones, adherencias dentro de la cavidad uterina y pólipos.
En ocasiones las trompas de Falopio se encuentran tapadas (debido a eventos previos de infecciones pelvianas, cirugías, endometriosis, etc.), impidiendo de esta manera el contacto entre óvulos y espermatozoides.
5. Endometriosis: Es una enfermedad, a menudo progresiva, en la cual islotes de mucosa uterina se implantan fuera del útero. El riesgo aumenta cuando la menstruación dura mucho tiempo o los ciclos son más cortos que 28 días. Puede ocasionar entre otras cosas alteraciones anatómicas importantes como adherencias pelvianas causando infertilidad.
6. Síndrome del ovario poliquístico: Es una enfermedad en la cual una mujer tiene un desequilibrio de las hormonas sexuales femeninas, lo cual puede provocar cambios en el ciclo menstrual, quistes en los ovarios, y hasta dificultad para quedar embarazada.
7. Reprogenética: Se estima que existen entre 6000 y 7000 enfermedades genéticas, responsables de la infertilidad de un 15% de los casos en varones, y 10% en las mujeres. En efecto, numerosas alteraciones genéticas relacionadas a trastornos reproductivos en hombres y mujeres infértiles afectan la fertilidad. Sin embargo, hoy en día se pueden estudiar con distintos tipos de tests: Predictivos, Presintomáticos, Géneticos preimplantatorios, entre otros.