Para nadie es un secreto que las vitaminas desempeñan un papel fundamental en todo lo que tiene que ver con la salud y el buen funcionamiento del organismo.
Entre estas, la vitamina C es una de las más conocidas e importantes, no solo porque es esencial para fortalecer el sistema inmunitario sino porque además participa en muchos procesos del cuerpo.
Está comprobado que su consumo habitual mejora la circulación de la sangre, promueve el crecimiento celular y minimiza los efectos negativos del daño oxidativo.
Además, es necesaria para una correcta absorción del hierro y la utilización del calcio, lo cual permite obtener otros interesantes beneficios.
Por todas estas razones, su deficiencia en el organismo puede desencadenar una serie de reacciones negativas que afectan de forma directa el estado físico y mental.
Si bien al principio es difícil notarlo, con el paso del tiempo se manifiestan algunos síntomas que lo hacen evidente.
1. Debilitamiento y caída del cabello: El debilitamiento y la caída del cabello suelen asociarse con múltiples factores que pueden deteriorar el cuero cabelludo y las hebras. Entre estos, la deficiencia de vitamina C es una causa común, dado que se trata de un nutriente esencial para mantener el colágeno y las proteínas que le brindan fuerza.
2. Infecciones recurrentes: Las personas con un déficit de vitamina C tienden a desarrollar más infecciones que aquellos que la consumen en las cantidades necesarias para la salud.
Las continuas infecciones urinarias, los problemas bucales y las alergias en la piel son señales que indican que se debe aumentar su consumo.
3. Cambios de humor: Aunque la mayoría lo ignoramos, esta vitamina también tiene un estrecho vínculo con la salud emocional. Sus niveles adecuados brindan estabilidad mental, tranquilidad y control sobre las hormonas que causan un mal humor. Una baja en el organismo puede provocar estados de ánimo de irritabilidad, estrés y otras emociones negativas que nos afectan.
4. Fatiga: La fatiga o continua sensación de cansancio es un síntoma que se manifiesta por múltiples causas y problemas de salud. No ingerir las cantidades adecuadas impide alcanzar un buen descanso y prolonga la sensación de agotamiento.
5. Heridas difíciles de sanar: Dado que este nutriente es necesario para una correcta oxigenación y reparación celular, su disminución en el cuerpo impide que las heridas se sanen en un tiempo oportuno.
6. Dolor corporal: la falta de vitamina C disminuye la correcta absorción de algunos minerales, lo cual conduce al debilitamiento muscular. Además, impide la síntesis correcta de colágeno y provoca un debilitamiento en el cartílago que protege las articulaciones.
7. Sequedad en la piel: Su ingesta regular minimiza los efectos negativos de los radicales libres, promueve la eliminación de las toxinas y disminuye el riesgo de envejecimiento prematuro.
8. Enfermedades cardiovasculares: Su acción antioxidante disminuye la acumulación de colesterol, favorece la limpieza de la sangre y estimula la eliminación de las toxinas. Es esencial para mejorar el tejido conectivo de nuestros órganos, pues apoya la funcionalidad de nuestras células, venas y arterias.
8 síntomas que te alertan una deficiencia de vitamina C