"Tengo una alegría inmensa, me emociona mucho la cantidad de gente que me escribe con buenas energías y deseándome éxitos. Sé que es mi momento y lo voy aprovechar" --Claribel Infante
"Bailo desde que tengo uso de razón, mi mamá siempre me incentivó, bailábamos en mi casa", dice. En 1998 empezó a tomar clases con Lorena Recúpero en un garage del barrio Siderca. Un año después, a mediados de 1999, comenzó con Hernán Casanova. "Con él aprendí muchos estilos, a pisar el escenario con presencia, a divertirme y ser autoexigente", recuerda.
Claribel supo combinar todo su talento y de inmediato empezó a volar alto. En su adolescencia la profesora Flavia Bogado la hizo conocer la Danza Jazz y se enamoró de la técnica. En 2006, Hernán Casanova la convocó para trabajar haciendo shows. "Eso me llevó a curtirme; conocí muchos colegas y maestros como Carlos Debat".
Tuvo la posibilidad de viajar a Capital para seguir creciendo profesionalmente. Fue así que tomó clases con diferentes profesores. Así, conoció a Diego Ramella (actualmente su amigo y maestro), y también a a Cintia Álvarez. Gracias a ella compitió como coreógrafa de su escuela "FreeDance Zárate", siempre sacando entre los 3 primeros puestos.
Infante es bicampeona nacional 2015 y 2016 de Lyrical Jazz y Danza Jazz. El año pasado viajó como parte del Ballet Martin Fierro de nuestra ciudad a Colombia con un espectáculo de tango con banda en vivo. "Fue increíble. Tomé clases de técnica, ensayábamos mucho y el resultado fue muy bueno, el grupo funcionó muy bien y creo que todos lo disfrutamos", recuerda y agrega: "Creo que en el país hay arte para rato y mucha pasión sobre todo. Para ser artista hay que amar lo que hacés y luchar contra el pensamiento cuadrado de la gente que si no tenés un trabajo común no sos nadie. Tienen que entender que es cuestión de elección y de mucha valentía trabajar de esto y que no es un hobbie. Somos especiales, tenemos un don, y yo soy feliz haciendo lo que hago y nunca me voy arrepentir de las cosas que viví, hayan sido malas o buenas, aprendí y voy a seguir adelante".
Claribel se emociona. Y hace hincapié en la ayuda de su familia: "Le quiero agradecer, en especial a mi mamá Rosana y mi abuela Pocha que siempre me ayudaron y me animaron, por hacerme los vestuarios, por acompañarme cada vez que bailaba, por aceptar que soy artista, apoyarme y amarme, son mis muletas, gracias por tantos años de esfuerzo, las amo".
Con varios ensayos semanales, la campanense se prepara para ser representante local e integrar el programa más visto de la televisión argentina, en donde muchos compiten por cumplir el sueño de personas e instituciones de todo el país. Pero también, como en este caso, por hacer del sueño propio un futuro prometedor dentro del espectáculo nacional. "Tengo una alegría inmensa, me emociona mucho la cantidad de gente que me escribe con buenas energías y deseándome éxitos. Sé que es mi momento y lo voy aprovechar", concluye.