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La disfunción eréctil, o DE, también conocida como impotencia, es una afección médica en la que un hombre tiene dificultades para conseguir o mantener una erección. Este problema es bastante común y puede afectar a hombres de cualquier edad, aunque es más frecuente en personas mayores.
Uno de los primeros signos de disfunción eréctil puede ser la pérdida lenta de la capacidad de conseguir o mantener una erección. Esto no significa una incapacidad ocasional debido al estrés, la fatiga o el consumo excesivo de alcohol, por ejemplo. Sin embargo, si se da cuenta de que tarda mucho más de lo habitual en conseguir una erección, o si el problema persiste, podría ser un signo de disfunción eréctil.
Además de tener problemas para conseguir una erección, los hombres con disfunción eréctil suelen tener problemas para mantenerla durante un período de tiempo suficientemente largo. Esto puede ocurrir incluso cuando se está sexualmente excitado. Asimismo, la pérdida de sensibilidad en el pene puede ser un indicador precoz de disfunción eréctil.
La disfunción eréctil puede tener importantes efectos psicológicos.
Los hombres con disfunción eréctil también pueden experimentar un menor deseo sexual y es frecuente que se sientan frustrados, inseguros de sí mismos e incluso menos "masculinos". Estos sentimientos pueden, a su vez, conducir a una falta de autoestima.
La disfunción eréctil puede ser un síntoma de ciertas afecciones físicas. Entre ellas se incluyen la diabetes, la hipertensión (tensión arterial alta), las enfermedades cardíacas y las lesiones en la región pélvica. La disfunción eréctil también puede producirse como resultado de cambios en el flujo sanguíneo o en la función nerviosa del pene.
Algunos medicamentos también pueden contribuir a la disfunción eréctil. Por ejemplo, algunos medicamentos para la tensión arterial y los antidepresivos pueden interferir en la función sexual y provocar disfunción eréctil. Si está tomando estos medicamentos y nota problemas con su rendimiento sexual, es importante que hable con su médico.
Psicológicamente, la disfunción eréctil puede provocar sentimientos de vergüenza y frustración. Puede provocar depresión, ansiedad y problemas de autoestima. Además, el estrés y los problemas de pareja también pueden contribuir a la disfunción eréctil o agravarla.
Si tiene problemas persistentes para conseguir o mantener una erección, es importante que busque atención médica. Un médico puede orientarle y diagnosticar el problema subyacente que provoca la disfunción eréctil.
El diagnóstico de la disfunción eréctil suele incluir un examen físico y una revisión del historial médico. El médico buscará cualquier signo físico de problemas y le preguntará sobre sus síntomas y hábitos de salud.
Existen varias opciones de tratamiento para la disfunción eréctil. Entre ellas se incluyen los medicamentos diseñados para mejorar el flujo sanguíneo al pene, los cambios en el estilo de vida, como la mejora de la dieta y los hábitos de ejercicio, y la terapia para abordar los problemas psicológicos relacionados con la disfunción eréctil. Es importante que comente estas opciones con su médico para determinar cuál es el mejor tratamiento para su situación.