Chía, amaranto, sésamo, lino y la lista sigue. Solas o en mix, se consiguen en dietéticas y supermercados y son fáciles de incorporar en platos y bebidas.
Las semillas son un alimento válido para ayudarnos a cubrir las necesidades de variados nutrientes, ya que de ellas podemos obtener calcio, grasas buenas, potasio, vitamina E, fibra, magnesio, ácido fólico, proteínas vegetales y mucha energía provista de buenos y saludables nutrientes.
En desayuno, merienda, como snack saludable o en comidas principales podemos consumir semillas. Siempre y cuando se siga una alimentación balanceada y armónica, pueden favorecer a la salud.
Si no estás habituado a consumirlas, no empieces de un día para el otro, realizá una progresión, comenzando con una cucharadita diaria de semillas molidas en el momento para aprovechar sus propiedades hasta llegar a 4 o 6 por día. De esta forma tu cuerpo se irá acostumbrando a estos nuevos alimentos. Añadí las semillas a licuados, jugos, ensaladas, guisos, postres, pan, galletas, etc.
Aquí, algunas razones que te llevarán a incluirlas en tu dieta:
- Ayudan a depurar el organismo.
- Presentan sustancias antioxidantes, previniendo el envejecimiento prematuro celular.
- Proporcionan vitaminas y minerales, facilitando el equilibro orgánico.
- Contienen fibra: evitando la constipación y dando saciedad.
- Grasas útiles, necesarias para que el organismo cumpla correctamente con sus funciones.
- Evitan el aumento de colesterol y de triglicéridos sanguíneos.
- Favorecen la normalización de la glucemia.
Los beneficios serán posibles, siempre y cuando se siga los lineamientos de una alimentación armónica y equilibrada.