Hay veces en que uno siente que ya vio todo en el mundo fitness. Cada moda parece ser meramente una variante más de lo que ya conocemos. Pero una novedosa propuesta que llega este mes a Buenos Aires apunta no sólo al bienestar físico, sino también a un cambio mental: dos objetivos que se potencian entre sí.
Se trata de Rockcycle, una disciplina que es furor en ciudades como Nueva York, donde hay sedes en casi todos los principales barrios. Celebrities como Olivia Wilde, Lady Gaga y Hugh Jackmann lo practican, mientras la tendencia se extiende también en Europa.
Su característica principal: el entrenamiento de cuerpo y mente que combina ejercicio de alta intensidad con coaching espiritual. Se realiza un trabajo físico intenso en un ambiente divertido y energizante.
El método consiste en una clase de indoor-cycle reinventada a luz de vela. Se diferencia de las ya conocidas (y quizás cansadas) tendencias fitness por su inclusión del coaching motivacional.
Tal vez sin darnos cuenta, la manera en la que vivimos y los tiempos que manejamos nos hacen caer en una rutina que nos desvía de la manera en la que deseamos vivir. Muchos anhelamos cambiar.
La experiencia Rockcycle no sólo busca que realicemos un ejercicio de alta intensidad sino que también transmite la filosofía de la conexión del espíritu con el “cuerpo & mente”. Por eso no sólo es un sistema de entrenamiento, sino también una clase inspiracional.
El entrenamiento es completamente diferente de lo conocido. Es una clase a la luz de las velas con música energizante y ejercicio intenso (¡un flash!). Pedaleamos al ritmo de la música, con un full-body workout, es decir que no sólo trabajamos las piernas sino también involucramos brazos y abdominales.
Entrenamos en equipo, soltamos preocupaciones, desarrollamos más fuerza, cargamos energías y al finalizar la clase podemos sentir que “somos una mejor versión de nosotros mismos”. Mantras motivacionales en la clase sirven para inspirar al esfuerzo máximo y cambiar la vibra del día.
Nuestros “riders” nos transmiten a diario que el cambio no sólo es en sus cuerpos sino también en sus vidas. Dicen que logran desarrollar fuerza, confianza y seguridad en ellos mismos.
Cómo es una clase
Rockcycle permite cortar con la cotidianeidad haciendo un entrenamiento total de nuestro cuerpo en sólo 45 minutos de nuestro día. Desde el primer momento uno se sumerge en una atmósfera distinta.
La actividad se realiza en un estudio acondicionado con luces tenues creando un santuario que conjuga una clase de indoor cycle renovada con un ambiente motivacional y espiritual.
Las bicis se encuentran distribuidas a lo largo del estudio para que podamos sentir la vibra y la energía, es decir de los riders pedaleando en armonía, llevados por el desafío que plantea la clase, mientras las luces acompañan con distintas intensidades.
Las paredes contienen mensajes e inscripciones que alimentan el espíritu y la música seleccionada para cada clase no sólo invita a mover el cuerpo, también moviliza nuestra alma.
La música es esencial, ya que marca la intensidad de cada ejercicio, la sincronización grupal, y mantiene la energía bien arriba.
Las canciones preparan la atmósfera y marcan la separación del momento con la cotidianidad. Aquí, lo único que importa es estar presente en la clase.
El entrenamiento es total, los brazos también tienen su protagonismo; para ello contamos con mancuernas y se desarrollan con ejercicios tanto de pie como sentados. Lo mismo sucede con el trabajo de abdominales.
Todos estos ejercicios son realizados con canciones elegidas especialmente para el nivel de exigencia determinado en cada clase. Apelamos a motivar al rider para que dé el máximo de su potencial para llegar a ese lugar que tanto anhela.
Con la combinación de ejercicios de alta intensidad, música energizante y coaching espiritual, buscamos transformar nuestro cuerpo para que al final de cada clase podamos sentir que somos la mejor versión de nosotros mismos.
Rockcycle.