La investigación incluyó a 32 hombres, de 18-33 años, que no habían sido diagnosticados de TDAH pero mostraban niveles altos de síntomas del trastorno. Se pidió a los voluntarios que usaran una bicicleta a una intensidad moderada durante 20 minutos. Otro día, los investigadores les solicitaron que se sentaran y descansaran durante 20 minutos, como una condición para la comparación. Luego, los participantes debían realizar una tarea mental que requería concentración antes y después de ambos escenarios. Durante esa tarea, los investigadores midieron factores como el movimiento de las piernas (una señal de hiperactividad), el estado de ánimo, la atención y la motivación de realizar la tarea reportada por los propios participantes.
Los movimientos de las piernas y el rendimiento en general no cambiaron tras el ejercicio, pero el ejercicio pareció ayudar a los voluntarios a sentirse mejor sobre la realización de la tarea ya que comunicaron menores sentimientos de confusión, fatiga y depresión.
Según los autores, es probable que los jóvenes adultos con síntomas del TDAH que participan en una sola sesión de ejercicio de intensidad moderada se beneficien a nivel psicológico, y que el ejercicio provoque cambios en los neurotransmisores cerebrales que ayuden a mejorar los síntomas inmediatamente después de la actividad.
Una sesión de ejercicio moderado podría mejorar la motivación y la energía en los adultos jóvenes