Inquieto y polifacético personaje, había nacido el 29 de septiembre de 1899 en Budapest, Hungría, como László József Bíró –nombre que castellanizó al radicarse en la Argentina– en el seno de una familia de clase media judeohúngara conformada por su padre Matías y su madre Juana Ullmann.
En 1914, con tan sólo 15 años de edad, participó como soldado en la Primera Guerra Mundial. Luego estudió ciencias biológicas, filosofía y latín. Más tarde, cursó el primer año de medicina, pero dejó esos estudios para dedicarse de lleno al hipnotismo. Biro también fue despachante de aduana, escultor, vendedor y corredor de autos, agente de bolsa, pintor y periodista.
Su primer invento fue una lapicera a fuente, que debía llenarse con agua, y que cubría a una composición sólida de anilinas, que se van disolviendo parcialmente a medida que corre el agua. Pero el joven periodista Biro estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando se le atascaba en medio de un reportaje. Fue entonces cuando la idea del que sería su invento más célebre nació mientras Ladislao observaba a unos niños que jugaban en la calle con bolitas. En algún momento una de las bolitas atravesó un charco y al salir de este siguió trazando una línea de agua sobre la superficie seca de la calle. La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía entonces en la imposibilidad de desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Con esta idea Biro patentó en Hungría, en 1938, un prototipo rudimentario que nunca se llegó a comercializar.
La pluma de extremo afilado dio a Biro la fama mundial, pero además de sus actividades en el campo tecnológico, también inventó una máquina para lavar ropa, fue escritor y pintor, el Museo de Bellas Artes de Budapest conserva alguna de sus obras. "Era un hombre culto que estudiaba con profundidad lo que le interesaba", le definen en la página web de la Fundación Biro.
"Mi padre fue también periodista y redactaba una columna en una revista de vanguardia de Budapest. Habitualmente usaba una lapicera fuente Pelikan que manchaba o no escribía cuando más lo necesitaba. Observando cómo la revista se imprimía decidió que ese rodillo, que era capaz de tirar tinta sin manchar, debía reducirse para uso manual: una pequeña esfera en un tubo capilar, con una tinta especial que fluyera por la fuerza de gravedad y se secara instantáneamente en el papel", rememora su hija Mariana Biró, fundadora de esta organización creada como un medio para el desarrollo de la capacidad inventiva argentina.
Biro trabajó con su hermano, György Biro, un químico, para desarrollar un nuevo tipo de pluma compuesta de una bola y que seguía los principios de funcionamiento de un rodillo de papel de periódico que transfiere una imagen entintada.
El primer prototipo del bolígrafo se presentó en la Feria Internacional de Budapest en 1931 y terminó patentando su invento en 1938. Biro falleció el jueves 24 de octubre de 1985 en el porteño Hospital Alemán, a los 86 años.
A día de hoy, el bolígrafo todavía se conoce como el biro en varios países y en Argentina se celebra el día del inventor coincidiendo con el nacimiento de Ladislao José Biro.
Ladislao José Biró, Periodista húngaro cambió la forma de escribir a mano.