¿Qué nos pasa en ese encuentro? ¿Cómo vivimos el inevitable y humano conflicto?
Desde la idea del amor romántico, solemos ver las dificultades como síntomas de que "algo no funciona". Nos preocupamos, nos frustramos, nos enojamos. Tendemos a ver con mucha facilidad "lo que el otro hace… o no hace", suponiendo que sí él o ella fueran de otra manera la relación funcionaría. Nos vinculamos en la creencia que lo obvio para mí es obvio para el otro, tomando nuestros juicios por verdades, confundiendo "lo que vos dijiste" con "lo que yo escuché" y así, vamos construyendo muros, ladrillo a ladrillo, reproche a reproche, silencio a silencio. Muros que terminan separándonos: ya no nos vemos, no nos escuchamos, ni tampoco nos importa hacerlo. "Incompatibilidad de caracteres, decían antes. Incapacidad para construir historias compartidas, me animo a decir hoy" aclara la especialista en Coaching Ontológico, Mónica Pamies, quien nos propone reflexionar a partir de estas preguntas:
¿Qué lugar ocupa la conversación en tu pareja? ¿De qué cosas hablan, de cuáles no?
¿Qué sentido tiene, para vos, callar? ¿Cómo decís lo que te molesta? ¿Generás un contexto propicio para dialogar? ¿Distinguís hablar de lo que te pasa… de recriminar? ¿Le preguntaste alguna vez a tu pareja si se siente escuchada? ¿Con qué pareja soñaron juntos?
Gran parte del sufrimiento que atravesamos las parejas tiene que ver con la forma en que nos interpretamos a nosotros y a la relación. Relaciones y conversaciones están íntimamente relacionadas. Una buena relación no es la que no tiene dificultades sino la que ha aprendido a conversar para abordarlas satisfactoriamente para ambos.