El 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 68/205 decidió proclamar el 3 de marzo el día de la adopción de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (C.I.T.E.S.), como el Día Mundial de la Vida Silvestre, a fin de dar a conocer y celebrar la fauna y flora silvestres del mundo.
La C.I.T.E.S., con más de 182 Estados miembros, es una de las herramientas más poderosas para la conservación de la biodiversidad. Este acuerdo tiene como objetivo la protección de la flora y fauna silvestre del comercio ilegal (el cual tiene repercusiones económicas, ambientales y sociales), mediante la aplicación de normas comunes entre los estados miembros.
La celebración de este día también nos recuerda la necesidad urgente de combatir los delitos contra la naturaleza, los cuales acarrean consecuencias de gran alcance en el ámbito económico, medioambiental y social.
Además de su valor intrínseco, la fauna y la flora salvajes contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del desarrollo sostenible y del bienestar de los seres humanos. Por estas razones, se invita a los Estados miembros, a la ONU y a los organismos internacionales, a las organizaciones no gubernamentales, a la sociedad civil y todas las personas a observar y a participar en este día de celebración mundial de la naturaleza. Las comunidades locales pueden desempeñar un papel positivo en ayudar a frenar el comercio ilegal de vida silvestre.
El tema de este año 2016 es: “El futuro de la vida silvestre está en nuestras manos”. Los elefantes africanos y asiáticos son el objetivo principal de las campañas mundiales de 2016. Este año se refuerza el vínculo indisoluble entre la vida silvestre, las personas y el desarrollo sostenible. Es responsabilidad de cada generación proteger la vida silvestre para la siguiente generación. Asimismo llama la atención la urgente necesidad de tomar acción nacional para asegurar la supervivencia en su hábitat tanto de las especies carismáticas como de las menos conocidas.